¡¡Hola de nuevo!!. Empezamos un nuevo mes de este recién
estrenado 2016 y pienso en que el tiempo vuela. Ya hemos consumido enero y ha
sido un visto y no visto.
Como podréis apreciar los que me seguís por
Facebook, a pesar de no publicar aquí, intento tener actividad. He puesto a
través de Instagram y Facebook ideas para cenas sanas y ligeras, alguna que otra comida y desayuno.
También habéis visto alguna que otra “labor costuril”
que me voy atreviendo a hacer y que me ha enganchado. La pena es que una no
dispone de todo el tiempo que le gustaría para poder desarrollar los mil y un
proyectos que se me ocurren pero, mi intención es, poco a poco, sacar un rato
de aquí y otro de allí para llevarlos a cabo. La cosa es no parar!!
Bueno pues hoy me apeteció compartir con vosotr@s un
nuevo plato para mi, un tradicional de nuestra gastronomía que nunca había
degustado y que me vino a la cabeza buscando qué hacer este fin de semana para
comer y no acabar sucumbiendo en las recetas habituales.
Y como en mi mente estaba cocinar fabes con almejas,
y mi idea cambió al encontrar las “Patatas a la importancia” pero con almejas, de mi compi
bloggera Rocío, de “Chismes y Cacharros” me animé a descubri este plato tan
sencillo pero delicioso. Acerté!
INGREDIENTES (para 4 personas)
Almejas
3 o 4 patatas
Cebolla
2 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
2 vasos de agua
Sal
Huevo
Harina
Aceite
1 hoja de laurel
ELABORACIÓN
Lo primero que debemos de hacer es quitar la sal que
puedan tener las almejas.
Encargué una bolsa de almejas a la pescadería pero
lo único que le quedaban eran de las pequeñas así que, en esta ocasión, el peso
estaba cerca del medio kilo. Con 200 g de almejas es suficiente.
Introducimos las almejas en un recipiente y las
cubrimos de abundante agua. Las dejamos mínimo media hora.
Mientras podemos ir preparando las patatas ya que, a
pesar de ser muy sencillo, lleva su tiempo.
Pelamos y lavamos las patatas y las vamos cortando a
la panadera con un grosor de medio centímetro o algo más. Vamos, que sean
gruesas pero sin pasarse.
Calentamos una cazuela o sartén con abundante aceite
a fuego medio.
Las enharinamos, quitamos el exceso de harina y las
vamos pasando por huevo.
Cuando el aceite esté caliente, vamos introduciendo
las patatas. Mantendremos un fuego medio que haga que las patatas se doren
lentamente.
Al dorarse, las vamos retirando y quitaremos el
exceso de aceite con un papel absorbente de cocina. Reservamos.
Sacamos el agua de las almejas y las aclaramos.
En otra cazuela, vertemos un chorro de aceite e
incorporamos el ajo. Una vez que éste comience a dorarse, añadimos la cebolla.
La pochamos hasta que empiece a estar transparente.
En este momento, incorporamos las almejas y tapamos para que, con el vapor, empiecen a abrirse.
En este momento, incorporamos las almejas y tapamos para que, con el vapor, empiecen a abrirse.
En la cazuela vertemos el vino blanco, esperamos que
hierva un par de minutos para que se evapore el alcohol y añadimos los dos
vasos de agua, las patatas, la hoja de laurel y salamos.
Una vez que las patatas están listas, incorporamos
las almejas, el perejil, corregimos de sal si hiciese falta y apagamos el
fuego, dejando reposar unos 5 minutos.
Un beso.
Mamen
Ya lo creo que tiene que ser un buen plato con un sabor riquisimo con esas almejas, ya las patatas estan buenas solas, asi exquisitas...bsss
ResponderEliminarLas almejas le dan un sabor exquisito. Me ha encantado, la verdad!
EliminarUn abrazo!
Yo las hago iguales, pero sin freir, osea que le quito "la importacia", en mi casa nos encantan. A veces le añado choco o gambas y entonces ya están insuperables.
ResponderEliminarLa próxima vez las frio que me ha gustado la idea.
Besos. Lola
Deliciosas estas patatas con almejas. Riquísimas. Gracias.
ResponderEliminarhttps://spaanseclub.nl/